Fue la
conversión al cristianismo y educación en la fe cristiana que realizaron
misioneros católicos, la misma fue promovida y organizada por los reyes de
España, mediante un exorcismo expresado en varias lonjas

De
esta manera la Corona Española, pasó a adquirir una serie de derechos que
anteriormente eran exclusivos de la Iglesia católica, tales como: organizar la
presencia de la iglesia en las colonias de América, cobrar el diezmo, organizar
la distribución y presencia de misioneros, decidir en cuanto a la ubicación y
oportunidad de construir iglesias y catedrales, presentar posibles candidatos
para cargos eclesiásticos. Estos derechos y responsabilidades quedaron
definidas bajo el Patronato Real y el Vicariato Regio, las cuales le conferían
a la Corona española la supervisión y protección de la Iglesia.
Entre
las primeras órdenes religiosas que comienzan a
operar en el continente americano se destacan la Orden de los dominicos y la Orden de los
franciscanos. Posteriormente arriban la Orden de los mercedarios, la Orden de los agustinos y la Compañía de Jesús(jesuitas). Hacia el siglo
XVIII los franciscanos tenían distribuidas por América unas 32 misiones en las
que alojaban unas 9000 personas.
El 3 de Agosto de 1492, mientras en Roma se celebraban
las exequias del papa Inocencio VIII que acababa de morir, del puerto de Palos,
partía Cristóbal Colón con sus tres carabelas, en busca de otro mundo
desconocido. El 12 de Octubre de 1492, Colón y sus compañeros llegaron a unas
playas desconocidas, pero no sospecharon siquiera que habían descubierto para
la civilización europea un nuevo continente, ni mucho menos tuvieron idea de
que habían llegado al "continente de la esperanza" de la Iglesia.
Colón había salido del sur de España buscando un camino más corto para llegar a
la India, y más concretamente a la isla de Cipango, el actual Japón, y llegó a
las islas del Caribe. Colón llamó "El Salvador" a la primera isla
donde llegó, y "La Concepción" a la segunda. Parece que en el primer
viaje, venía un sacerdote como Capellán, el Padre Pedro de Arenas, quien habría
celebrado la primera Eucaristía en el continente americano.
Vuelto
Colón a España, los reyes Católicos , Fernando e Isabel, se apresuraron de dar
cuenta del descubrimiento al nuevo papa Alejandro VI. El papa celebró la
noticia con grandes festejos en Roma y sucesor de Aquel que dijo "Vayan
por todo el mundo a predicar el Evangelio", contestó a Fernando e Isabel:
"Os mandamos, en virtud de santa obediencia que así como prometéis, y no
dudamos cumpliréis, destinéis a las tierras e islas susodichas, varones probos
y temerosos de Dios, doctos, instruidos y experimentados, para doctrinar a los
dichos indígenas y moradores en la fe católica e imponerles en las buenas
costumbres, poniendo toda la diligencia de vida en los que hayáis de
enviar" (Bula Inter Caetera, 6 de Mayo de 1493).
<<La
evangelización de América es una epopeya misionera que no se puede olvidar. No
es justo que algunos quieran formular una leyenda negra. Si bien hubieron
sombras, no se puede olvidar la extraordinaria obra de evangelización llevada a
cabo por innumerables santos misioneros que en su gran mayoría lo dejaron todo
para servir a los indígenas.>>
La Metodología utilizada en la
evangelización de América Latina
En general, los primeros evangelizadores de América
Latina se propusieron tener como modelo de evangelización para nuestro continente
la metodología que se había empleado para la Iglesia Primitiva. La primera
medida evangelizadora que tomaron los misioneros españoles fue la de destruirle
a los indígenas sus lugares sagrados y sus objetos religiosos de culto, porque,
según parecía, todo era pagano. Amortiguaban la dureza del procedimiento porque
daban primero una orden para que los indígenas mismos destruyeran sus
pertenencias culturales y, si no obedecían, entonces los militares lo hacían
con gran violencia. La cristianización se hizo buscando acabar con tradiciones,
autoridades y valores antiguos, haciéndolos aparecer perversos o inadmisibles.
La religión estuvo íntimamente ligada a la opresión colonial: en el afán por
convertir a los indios al cristianismo, se utilizó la violencia, como método de
extirpación de cultos autóctonos. En esta forma, se subvaloró la religión del
indígena, con la convicción de portar una religión y cultura superiores… se
buscó evangelizar y "civilizar" al mismo tiempo, utilizando el modelo
español, pues se pensaba que la religión indígena era una superstición.
El primer anuncio kerygmático estuvo muy marcado
por una tendencia de "conversión militar" al estilo español, que
defendía la fe más en los campos de batalla que en la mente y en el corazón.
Eso ha dado lugar a que se diga que los indígenas americanos aceptaban solo
externamente el cristianismo, o que el paganismo aborigen subsistía bajo el
culto católico.
En metodología de Primera Evangelización, se hace
la catequesis conveniente hasta poder constatar la fe (que se constata por las
buenas obras que demuestran ya la conversión) y se procede recién a celebrar
los Sacramentos, en los que se hace la profesión solemne de esa fe. Los
primeros evangelizadores de latinoamérica, generalmente aplicaron el método de
bautizar primero, para luego proceder a la catequización. El motivo que se
alega para justificar la alteración de esa metodología que tanto ha perjudicado
a la evangelización latinoamericana, es la formación que habían recibido los
misioneros. En efecto, los primeros evangelizadores de América, sobre todo los
franciscanos eran de la escuela de Joaquín Da Fiore (1130-1202) que afirmaban
que el fin del mundo estaba muy cerca, porque la vida del mundo era de 7000
años y ya habían transcurrido 5343 antes de Cristo y 1500 después de Cristo,
por lo que solo quedaban 157 años, con la probabilidad de que este fatídico
acontecimiento sucediera en el año 1500. Además, según la Bula Unam Sanctam del
papa Boifacio VIII (1302) nadie podía salvarse si no estaba bautizado en la
Iglesia católica y sometido al Romano Pontífice. Por esta razón, los primeros
misioneros americanos se apresuraron a bautizar a los indígenas, esperando
poderlos catequizar más adelante, mientras llegaba el final. Decían también los
misioneros que "antes del fin del mundo se tenía que cumplir la conversión
de todo el mudo a la fe católica, aún la conversión de los hebreos. Para eso se
quería hacer una expedición a Jerusalén, al estilo de las Cruzadas que debía
ser financiada con el oro del Nuevo Mundo.
Este es el motivo por el cual se dice que la
Primera Evangelización del pueblo latinoamericano fue superficial. Y además fue
muy corta, porque los misioneros se apresuraron demasiado a imponer el servicio
pastoral.
Los primeros evangelizadores de latinoamérica
dieron mucha importancia a la catequesis, pero en manera adulta daban abasto en
la catequización a los bautizados. La catequesis no estuvo muy activa en los
primeros diez años de evangelización, porque primero había que aprender las
lenguas indígenas. Desafortunadamente, el concilio de Trento (1545-1563) no
favoreció mucho ese trabajo de catequesis inculturada que venían haciendo
nuestros primeros evangelizadores. Este, en sus constituciones ordenó el uso
del latín para la liturgia y prohibió la traducción del Ritual de los
Sacramentos a lenguas vernáculas (en este caso, las lenguas indígenas). El Rey
Felipe II que no había permitido que los Obispos de Latinoamérica asistieran al
Concilio, ordenó con carta del 12 de Julio de 1564 que se aplicasen en América
lo más pronto posible, las normas del Concilio. En consecuencia, los misioneros
comenzaron a obligar a los indígenas a aprender el castellano para enseñarles a
celebrar los misterios de su fe.
¿Qué consecuencias produjo la
evangelización en el territorio nacional?
Desde los comienzos de la época de la Conquista,
los sacerdotes venían dispuestos a evangelizar a los indígenas y convertirlos
al cristianismo, con lo que se cumplía el fin espiritual de la colonización.
En un principio, los sacerdotes que se radicaron en
Chile fueron capellanes de ejército, que incluso tuvieron que participar en
combates más de alguna vez. Más tarde, se dedicaron a convertir a los
aborígenes sometidos tras dichas guerras, y otros fueron misioneros en tierras
de Arauco.
La institución religiosa tuvo un papel muy
importante en la colonización americana, especialmente en Chile. Los Reyes
Católicos y sus sucesores estuvieron obligados a promover la evangelización y
constituyeron un Patronato Real sobre la Iglesia, por el cual se aseguraba la
retribución (remuneración) del clero, la construcción de iglesias, catedrales,
conventos y hospitales. El clero también percibía en muchos casos el tributo
del indígena y disponía de haciendas trabajadas mediante encomendados, esclavos
indígenas o asalariados.
El clero, en esta época, comenzó a aumentar
considerablemente. Sólo en Santiago, a mediados del siglo XVII, existían 200
religiosos. Para la Corona era mucho más fácil “dar el pase a América” a las
órdenes religiosas y no a muchos sacerdotes en forma individual.
Los dominicos y los franciscanos comenzaron una
labor misionera cerca de los pueblos indígenas utilizando la persuasión para
convencerlos, aunque también existían algunos evangelizadores que sólo vinieron
a hacer fortuna a América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a
Chile, pero además de estas órdenes aquí se encontraban los agustinos, los
mercedarios y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre
Luis de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región
araucana.
Los sacerdotes eran las personas más cultas
de la época. En el siglo XVI funcionaron escuelas donde enseñaban a leer y
escribir a los soldados y más tarde a criollos y mestizos. Eran escuelas
básicas, y si alguien quería seguir estudios superiores debía viajar a Perú.
En 1595 los dominicos fundaron el Colegio de Santo
Tomás y los jesuitas el de San Miguel, donde se impartían clases de latín,
filosofía y teología, destinada a los niños de las familias adineradas. En 1608
se creó el Seminario de Santiago, para la formación de los religiosos. Más
tarde, ambos colegios fueron elevados a la categoría de Universidades
Pontificias, en 1619 y 1621, respectivamente, por autorización papal.
Los Jesuitas fundaron un internado para jóvenes
aristócratas: el Convictorio de San Francisco Javier. Tras la expulsión de esta
orden religiosa del país, en 1767, el internado se transformó en el Convictorio
Carolino.
Sólo en el siglo XVIII Chile contó con un
establecimiento de educación superior, la Real Universidad de San Felipe,
fundada en 1738. Sin embargo, comenzó a funcionar en 1759, con cinco
facultades.
Las mujeres recibían instrucción en los conventos
de monjas, donde aprendían a leer, escribir, bordar, cocinar, cantar, e incluso,
bailar.
La Evangelización en América fue la acción
misionera realizada bajo la dirección de los monarcas españoles en la América
hispana, por concesión papal a través de diferentes bulas.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal.
En este siglo había en Chile 5 órdenes: Dominicos, Franciscanos, Agustinos, Mercedarios y Jesuitas con 191 religiosos.
Los franciscanos y los dominicos comenzaron una labor misionera cerca de los pueblos indígenas utilizando la persuasión para convencerlos, aunque también existían algunos evangelizadores que solo vinieron a hacer fortuna a América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, pero además de estas órdenes aquí se encontraban los mercedarios, los agustinos y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luís de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal.
En este siglo había en Chile 5 órdenes: Dominicos, Franciscanos, Agustinos, Mercedarios y Jesuitas con 191 religiosos.
Los franciscanos y los dominicos comenzaron una labor misionera cerca de los pueblos indígenas utilizando la persuasión para convencerlos, aunque también existían algunos evangelizadores que solo vinieron a hacer fortuna a América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, pero además de estas órdenes aquí se encontraban los mercedarios, los agustinos y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luís de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana.
Felipe II deseaba erigir en La Imperial un
segundo obispado que reforzara la evangelización indígena en la región más
resistente a la colonización. El franciscano fray Antonio de San Miguel fue
nombrado obispo por el papa para proveer la nueva diócesis, creada en 1564,
pero sólo pudo tomar posesión en 1568. Formado en su larga estancia en Perú, el
obispo San Miguel defendió a los indígenas y consideró causa de la rebelión el
trato que recibían de los conquistadores. La lucha contra los araucanos era una
guerra injusta y debía ser condenada. Sus denuncias llegaron al monarca
español, quien ordenó en 1572 la supresión del trabajo personal y su
sustitución por un tributo en dinero, aunque la medida no fue atendida en la
Colonia.
Los obispados, además de las funciones ordinarias y
jerárquicas que les eran propias, estaban reconocidos como tribunales
eclesiásticos y disfrutaban de una gran influencia sobre el gobierno secular.
La labor misional de los religiosos no se efectuó
sólo en las ciudades coloniales o en los límites de las zonas indígenas. Las
deserciones en las filas españolas nunca dejaban de producirse. Algunos
misioneros siguieron esa misma alternativa y se establecieron entre los
indígenas. Paradójicamente, la labor de estos religiosos entre los araucanos,
por quienes tomaron partido, favoreció la paulatina integración en la cultura
del conquistador y a largo plazo, mediadas derrotas y reveses demográficos,
contribuyó a la sumisión al poder de la provincia.
En 1697 se creó una Junta de Misiones bajo el
patronato de la Corona. La aproximación a los indígenas con fines
evangelizadores y educativos movió a interesarse por la lengua mapuche y por
las costumbres de los indígenas todavía no sometidos. La conversión, cuando se producía,
no dejaba de revestir formas sincréticas. En 1700, por autorización de la
Junta, los jesuitas crearon el colegio para indígenas de Chillan, al que
pretendían atraer a los hijos de los caciques.
En este trabajo pude concluir del porque al
mestizaje en el territorio nacional, y que consecuencias nos trajo con sí.
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